El día a día nos ofrece una gran cantidad de ocasiones para estimular a nuestros pequeños, solo es necesario abrir bien los ojos y sacar partido de lo que tenemos a mano para aprovechar la oportunidad. En esta ocasión veréis cómo algo tan común como puede ser desgranar unos guisantes puede convertirse un excelente ejercicio para reforzar la psicomotricidad fina, una fantástica actividad lúdico-cotidiana que podemos aprovechar como ejercicio de preescritura. Esta tarea fortalece los músculos de los dedos preparandoles para que puedan ejercer la fuerza necesaria para coger un lápiz y escribir adecuadamente. Pero esta acción no solo favorece la psicomotricidad fina, tal y como podréis comprobar, realizando este ejercicio estaremos estimulando otras áreas como la atención y la concentración, a la vez que pasamos un agradable momento juntos.
- Guisantes frescos en su vaina.
- Bandejas o contenedores.
- Mejorar la psicomotricidad fina de manos y dedos.
- Aumentar el tono muscular de las manos y dedos.
- Ordenar y clasificar
- Favorecer la atención y concentración.
- Estimular el lenguaje oral.
- Aumentar el vocabulario.
- Ayudar con las tareas de casa.
- Aprender los conceptos dentro/fuera, lleno/ vacio, grande/pequeño, pocos/ muchos.
- Aprender a contar y sumar, ejercicio con niños más mayores. Contamos los guisantes que hay dentro de cada vaina o sumamos los de un lado y los del otro.
- Diferenciar espacios: contenedor de habas con vaina (bolsa), contenedor de habas desgranadas (recipiente plástico) y contenedor de vainas vacías (otra bolsa).
- Diferenciar lo que es comestible de lo que no lo es.
- Experimentar con texturas.
- Estimular los sentidos del tacto y olfato.