Hoy nos centramos en una cuestión que me preguntan a menudo ¿cuándo debería llevar a mi hijo al psicólogo, Sara?
Hoy hablamos de ...
ToggleY es que muchas familias habitualmente suelen preguntarme en qué momento es necesario acudir a terapia o o cuándo deberían llevar a su hijo al psicólogo. Hoy trato de nuevo este gran interrogante para dar respuesta a esta cuestión que siempre está sobre mi mesa. Vamos a fijarnos en algunos signos que deberían ponernos en alerta. Repasaremos los problemas más habituales que suelen aparecer a lo largo de la infancia y adolescencia. Y por último veremos qué hacer cuando sospechemos de que hay algo que no nos encaja.
Es importante destacar que la detección temprana y el tratamiento adecuado son fundamentales para abordar cualquier problema. Padres, cuidadores y profesionales de la salud demos estar atentos a los signos y síntomas que podrían indicar un problema de salud mental en un niño. Una vez detectadas estas señales debemos buscar apoyo y tratamiento cuando sea necesario. El enfoque en el bienestar emocional y la promoción de un entorno de apoyo son esenciales para ayudar a los niños a superar los desafíos que se le plantean a lo largo de su crecimiento.
Señales a las que debemos estar atentos
Para saber si debo llevar a mi hijo al psicólogo he recopilado algunas de las señales en las que debemos prestar atención. Este tipo de señales pueden estar indicándonos que sería beneficioso asesorarnos con un profesional de la psicología especializado en infancia y adolescencia como la psicóloga infantil Mila Herrera, a la que hemos consultado para realizar este artículo:
- Retraso o alteración en la adquisición de hitos del desarrollo. Nos fijaremos si hay un retraso en la adquisición del lenguaje oral, en el desarrollo psicomotor o rechaza de forma persistente los alimentos que vamos incorporando en su dieta cuando hacemos el paso de líquidos a sólidos. Recordemos que cada niño es único al igual que su proceso madurativo. No obstante, recomendamos siempre consultar con el pediatra primero para descartar cualquier tipo de problema en el desarrollo de nuestros pequeños.
- Rabietas muy intensas, frecuentes y duraderas. Si bien las rabietas forman parte del desarrollo normal de cualquier niño y niña, conviene saber y tener en cuenta que cuando estas son muy intensas, duraderas y muy frecuentes y van acompañadas de conductas agresivas (hay niños que golpean los objetos o se autogolpean dándose cabezazos contra el suelo o la pared) deberíamos consultar tanto con nuestro pediatra de confianza como con un profesional de la psicología infantil.
- Problemas en el sueño, la alimentación y control de los esfínteres. Cualquier cambio o dificultad en las pautas de alimentación, sueño y control de los esfínteres debe ser motivo de consulta pediátrica para descartar previamente cualquier problema orgánico que pudiera estar detrás.
- Insomnio, pesadillas reiteradas, somnolencia excesiva.
- Bajo rendimiento escolar.
- Inatención, hiperactividad, impulsividad.
- Problemas de conducta (ira excesiva, rabietas intensas o frecuentes, desobediencia sistemática, agresividad acompañada de mordiscos, patadas, …)
- Timidez, retraimiento.
- Desinterés por las actividades con las que antes se lo solía pasar bien.
- Episodios de tristeza, llanto, depresión.
- Problemas de aprendizaje.
- Dificultad en hacer amigos o mantenerlos.
- …
¿Qué hacer en estos casos? Es momento de llevar a mi hijo al psicólogo
En todos estos casos, lo más conveniente es tomar las riendas de la situación y pedir ayuda externa y experta para que pueda realizar una evaluación especializada relacionada con el motivo de consulta. Una correcta detección, diagnóstico e intervención tiene el objetivo de paliar complicaciones futuras a nivel cognitivo, emocional y social. De manera que no esperes a que el problema se resuelva solo o a que sea de mayor gravedad para acudir a consulta.
Recuerda que buscar ayuda psicológica o psicopedagógica para tu hijo es lo mejor que puedes hacer para hacer frente a una situación que suele generar mucho malestar en todos los miembros de la familia.
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