Cuida el modo de hablar a tus hijos, porque sin lugar a dudas el lenguaje que utilizamos afecta a su autoestima. Hoy quiero reflexionar contigo sobre el lenguaje que usamos cuando nos dirigimos a nuestros pequeños. Y deseo hacerlo porque en ocasiones tenemos formas poco adecuadas e hirientes que les dañan profundamente. Pero no solo eso, también ofrecemos un modelo poco adecuado a seguir.
Hoy hablamos de ...
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Cuidar el modo de hablar a nuestros hijos es un modo de mostrar que les amamos, les respetamos y les protegemos. Sé también que en ocasiones las emociones nos arrastran a lugares oscuros, y que nos llevan a decir cosas desagradables de las que más tarde nos arrepentimos.
En este post no voy a juzgarte, ni mucho menos pedir que seas perfecto o perfecta. Los padres y madres cometemos errores, yo también. Los padres e hijos perfectos solo existen en las fotos de instagram o en la imaginación de algunos. La realidad de la vida offline nos demuestra que educar a nuestros hijos es mucho más difícil de lo que creemos e imaginamos antes de serlo.
Los niños con su afán innato por aprender y cuestionar todo cuanto les rodea pueden ponernos en situaciones en las que uno puede acabar perdiendo el control. En este tipo de situaciones la rabia se nos puede escapar por la boca, dejando ir mensajes que en otras circunstancias no diríamos. Ser consciente de este tipo de descontrol emocional nos permite empezar a educar nuestras propias emociones. Algo totalmente imprescindible para poder ser los guías emocionales que nuestros hijos necesitan para poder llegar a ser adultos emocionalmente inteligentes.
Tu lenguaje construye su «yo», cuida el modo de hablar a tus hijos
Al hablar sobre la construcción de la autoestima de nuestros hijos ya hemos tocado el tema de cómo nuestro lenguaje influye en su modo de verse, de valorarse y de quererse. Un lenguaje positivo les ayuda a construir una buena imagen de sí mismos, un lenguaje negativo, peyorativo, denigrante les hiere en lo más profundo de su ser y crecen creyendo que son malos, torpes o tontos.
En muchas ocasiones este lenguaje negativo es totalmente inconsciente, sale de nuestras bocas sin pensar en el daño que les podemos afligir. Estoy completamente segura que la gran mayoría de padres, cerca del 100% no quiere hacerle daño a sus hijos. Pero si intentamos darnos cuenta de lo que les decimos y ser conscientes de las palabras o mensajes negativos que emitimos a lo largo de un día probablemente nos sorprendería.
Los mensajes negativos, que pueden ser múltiples y que de forma consciente o inconsciente lanzamos a nuestros hijos cuando les reprendemos, reñimos o castigamos pueden hacer mella en su autoestima.
Te invito a leer este post que escribí para Guía Infantil: Echar sermones a los niños … ¿funciona?
Por qué es importante cuidar el modo de hablar a tus hijos
Es necesario que como padres cuidemos los mensajes negativos que podríamos comunicar a nuestros hijos porque los resultados son, también, perjudiciales.
Frases del estilo:
- «¿Es que eres tonto o qué?»
- «Qué niño más tonto!»
- » Mira que eres malo»
- » Ya te lo dije …»
- ….
Pueden provocar que nuestros pequeños, a los que tanto amamos, empiecen a dudar de su valor individual, a perder su autoconfianza e incluso demostrar conductas inadecuadas no solo en el hogar, sino en otros ambientes, como la escuela y otros lugares de recreación.
Cuidado con lo que decimos, no solo los gritos son perjudiciales, palabras como tonto, malo, repetidas con asiduidad debilitan la imagen de sí mismos, aún en formación, de nuestros hijos.
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