Hoy te insto a que dejes a tus hijos jugar a su libre albedrío, a que no intervengas, ni dirijas ni controles, que les dejes hacer sin más, aunque ello provoque caos, desorden, algarabía. Existen muchas razones por las cuales tus hijos necesitan jugar así, sin depender de ti ni de ningún adulto que les guíe. Hoy quiero que reflexionemos sobre esta cuestión.
Hoy hablamos de ...
ToggleTanto si eres una asidua lectora de Mamá Psicóloga Infantil como si acabas de llegar aquí por casualidad, debes saber que en más de una ocasión ya he hablado de lo importante que es que nuestros hijos sepan jugar solos, sin que mamá o papá les marquen directrices o les digan a qué o cómo jugar.
Cierto es que cuando son muy pequeños hay que guiarlos en el juego, pero a medida que crecen, también hay que tener en cuenta que debemos irnos retirando, poco a poco, y dejar que los niños jueguen solos. Que jueguen a lo que ellos quieren jugar y del modo que quieran, siempre y cuando no se hagan daño ni pongan en peligro nada ni nadie de su alrededor. Cuando los niños juegan por el simple placer de jugar, creando reglas a medida que juegan, inventándose mundos, escenas y diálogos, … ese tipo de juego que surge espontáneamente y sin adultos de por medio es lo que llamamos juego libre, y es crucial en la infancia. De ahí que sea tan importante que los padres dejemos a nuestros hijos jugar a su libre albedrío tanto como sea posible.
Los niños deben jugar a su libre albedrío.
Deja que tus hijos jueguen a su libre albedrío y verás que tienen muchas más ganas de jugar, se aburren menos y por consiguiente los enfados y berrinches se reducirán drásticamente.
Deja que jueguen solos y que escojan a qué jugar. Sabemos que para todo se necesita un aprendizaje, y jugar solo no es una excepción.
Hay muchos niños que no saben hacerlo y hay que irles enseñando poco a poco. Lo contamos en este mismo blog en dos artículos titulados «Mi hijo no sabe jugar solo!» y «Aprender a jugar solos sin instrucciones de mamá o papa«, si éste es tu caso no dejes de leerlo.
Sabemos también que entrometerse en sus juegos es perjudicial, ya que impedimos que nuestros hijos desarrollen sus habilidades sociales, su espontaneidad o su capacidad imaginativa, que cuanto más nos entrometemos o dirigimos sus juegos más se pueden llegar a aburrir y así te lo contamos en «Mamás entrometidas …cuando jugar ya no es divertido«.
Así que deja que tus hijos jueguen a su libre albedrío, que salten, corran o saquen las 500 piezas de construcción para hacer puentes, casas o naves espaciales.
Deja que desordenen sin miedo, el caos que generan nunca debería impedir que jueguen y aprendan.
El desorden puede recomponerse, no te preocupes por ello. Preocúpate por que tus hijos se lo pasen bien jugando, riendo, explorando, sacando todo su potencial creativo e imaginativo.
Déjales jugar a su libre albedrío, a su aire, a lo que quieran. No les guíes en exceso, no abuses con tus directrices, deja incluso que se aburran un poco para que encuentren en su interior qué es lo que les apetece hacer. Aburrirse también es saludable, bueno y necesario, ¿sabes por qué es necesario aburrirse? Te lo cuento en «Mi hijo se aburre ¿para qué sirve el aburrimiento?«
Es probable que tras leer este artículo y los recomendados seas más consciente de lo importante que es dejar que nuestros hijos jueguen solos, aunque nunca debemos olvidar que jugar con ellos también es necesario de vez en cuando para transmitirles valores, fomentar su autoestima, favorecer el desarrollo de su lenguaje oral o sencillamente compartir un momento agradable.
Pic y Poc crecen juntos
Un álbum ilustrado sobre la autonomía y la sobreprotección escrito por Ana Ferrer y Bárbara Sansó, publicado por Salvatella Editorial.
Tienes la reseña completa aquí donde te explico con detalle porqué creo que esta lectura te puede ayudar, tanto a ti como educador como a tu hijo o alumno. Una historia con la que reflexionar y pensar si es necesario modificar alguna de las estrategias que estamos usando en nuestro estilo de educativo.