Hoy es, para muchos niños de España, el primer día de cole.
Hay nervios en casa, los despertadores han sonado pronto y hemos tenido que madrugar para no llegar tarde.
Despertar no ha sido fácil, sobretodo para los más peques. Seguro que les ha costado y se han hecho los remolones todo lo que han podido … pero llegó el momento.
Desayunos preparados, repaso a las mochilas para que no falte nada y comprobar que lleven todo lo necesario …
«¡Venga, rápido!»
«¡Vamos a llegar tarde!»
Estoy convencida de que más de un papá y una mamá se ha sentido más nervioso que su propio hijo por esto del inicio de curso.Sí, es normal, porqué es todo un reto a superar, tanto para ellos como para nosotros, especialmente para quienes hoy se inician en el cole de mayores o empiezan un nuevo ciclo o entran en un nuevo centro escolar.
«¿Cómo estará?»
«¿Llorará mucho?»
«¿Hará nuevos amigos?»
…
Un sinfín de preguntas se nos han venido a la cabeza mientras íbamos de camino y hemos reprimido alguna lágrima cuando los hemos dejado en la puerta del cole o en el aula. La despedida ha costado, seguro, a unos más que a otros, pero el primer día de cole es normal.
Esta semana será algo diferente, un periodo de adaptación que con la ayuda de papá y mamá se hará más llevadero. Nuestros hijos necesitarán que seamos más pacientes y comprensivos que nunca, ya que el cambio de rutinas conllevará probablemente cambios en el estado de ánimo de nuestros peques, así que debemos prepararnos para sobrellevar algún que otro enfado, llanto o rabieta.
Con una buena dosis de paciencia y amor todo se supera.