Las amenazas de los padres a los profesores y maestros es el primer y principal motivo de queja de este colectivo ante el servicio de atención al profesorado. Esta noticia debería hacernos reflexionar sobre qué estamos haciendo y qué modelo ofrecemos a nuestros hijos. Desde Mamá Psicóloga Infantil no puedo ni quiero dejar pasar esta noticia que me llega a través del boletín de noticias del Consejo General de la Psicología en España. Creo que es una noticia suficientemente importante y grave para darle difusión desde este espacio y fomentar la reflexión conjunta.
¿Qué impulsa a un padre a amenazar al maestro o profesor de su hijo? ¿ Qué pretende? ¿Por qué lo hace? ¿Qué valores transmite a su hijo o hija y qué autoridad puede tener un profesional de la educación si no creemos en ellos y si somos los mismos padres quienes se la arrebatamos? Realmente me preocupa la baja consideración social que se tiene de esta figura profesional, y si bien es cierto que algunos de ellos debería reciclarse por haberse quedado obsoletos y no tener formación suficiente para atender las necesidades educativas de muchos de sus alumnos, la gran mayoría son excelentes profesionales que intentan poder ofrecer la mejor formación a a nuestros hijos. Por eso creo que debemos pararnos y reflexionar sobre las preguntas que formulo.
Los datos que aporta el Informe del Defensor del Profesor, un servicio de atención al profesorado del sindicato ANPE para atender las denuncias de docentes víctimas de violencia en las aulas, uno de cada diez profesores que llamaron al servicio se plantearon renunciar a su puesto de trabajo por las amenazas que reciben o han recibido de los padres de sus alumnos. El dato es significativo 1 de cada 10 llamadas reportaba amenazas y deseos de abandonar su trabajo. ¿Qué haríamos nosotros en nuestros puestos de trabajo si nuestro jefe, cliente o compañero nos amenazara?
Este último año, los principales motivos de queja de los docentes españoles han sido:
- los problemas de acoso y amenazas por parte de los padres de los alumnos (28%),
- las faltas de respeto del alumnado(27%),
- los problemas o dificultades para poder dar las clases (25%),
- las falsas acusaciones de padres o alumnos (22%),
- las denuncias de los padres (19%),
- las situaciones de amenaza o acoso de alumnos (16%),
- los comportamientos agresivos entre alumnos (14%),
- así como las agresiones recibidas por sus propios alumnos (7%) o padres (1%).
Los profesores de Educación Primaria y Secundaria son los que más han hecho uso de este servicio, siendo los responsables del 40% y del 39% de las llamadas, respectivamente, seguidos de los docentes de Infantil (7%) y de Ciclos Formativos (6%).
Los datos reflejan un aumento notable, en comparación con años anteriores, del número de profesores que se siente impotente ante determinadas situaciones conflictivas y se plantea dejar su puesto de trabajo.
El mismo informe explica el gran impacto negativo de las nuevas tecnologías en los problemas de violencia en el contexto educativo. La difusión de mensajes amenazantes, insultos y otros tipos de abuso a través de la Red, amparándose en el presunto anonimato que aparentemente proporciona, ha ido en aumento con respecto al año anterior, representando un 7% de los casos.
Con un panorama como este la reflexión es obligada. Yo quiero maestros formados y motivados, con ganas de dar lo mejor de ellos a mis hijos, maestros en los que pueda confiar plenamente, con criterio y autoridad. Yo creo en ellos y espero de ellos lo mismo que ellos esperan de nosotros: que eduquemos personas con valores positivos, con respeto, con dignidad y lejos de la violencia.
Fuente http://www.infocop.es/view_article.asp?id=5400&cat=49
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